30 de agosto de 2013

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¡Hola, gente!
Los exámenes comenzaron a aflojar (por fin :P), así que esto es más o menos lo que se publicará en las próximas dos semanas.
Aclaración: intentaré ser lo más puntual posible, pero las fechas no están completamente confirmadas.
Lunes 2/9. Publicación del Capítulo 4 de Abnegados.
Jueves 5/9. Reseña de Rubí (Kerstin Gier)+ Reseña de Oscuros (Lauren Kate).
Sábado 7/9. Posible Capítulo 5 de Abnegados (de no ser así, adelanto)
Entre el lunes 9/9 y el jueves 12/9. Reseña de Cazadores de Sombras. Ciudad de Hueso. (próximamente el resto de la saga).
Por otro lado, ¡ya tengo 8 seguidores! (Shhh, ya lo sé, es absurdo que lo festeje, pero es que ¡estoy tan feliz!) Gracias de todo corazón a quienes se unieron


26 de agosto de 2013

¡Apadrina un blog!

Es una propuesta del blog Leyendo entre Letras, en la cual blog con más de 100 seguidores "apadrinan" a blogs con menos de 100 seguidores. Así que básicamente para ello me uno :D

Clic para acceder
 
Y, pasando a otro asunto, los exámenes parecen estar cayéndome del cielo, así que dudo poder subir muchos capítulos entre esta y la próxima semana :(


16 de agosto de 2013

Reseña "Interlocking Stars", Melissa Loria Rojas

Hoy traigo una reseña especial para alguien especial: Melissa Loria Rojas, conocida también como Meli Scénariste♥ o Meli A. Primero, una pequeña biografía de la autora:



Melissa Loria Rojas, conocida en varios blogs y foros, tiene 15 años y un gran futuro como escritora. Actualmente vive en Costa Rica, su país de nacimiento, donde escribe y lee todo el tiempo.
En su tiempo libre (si es que le queda con tantas cosas que hace), juega al tenis. También es una amante de la música, tanto que hasta toca el violín.
Publicó su primera novela, Interlocking Stars, a los 14 años, siendo esta empezada cuando Mel tenía 13. Pero Melissa no se queda allí, si no que continúa complaciéndonos con Hope is the only thing left (clic para ir a su blog), la novela que se encuentra actualmente escribiendo y que será publicada por Ediciones Sedna. Tiene planeado una continuación de Interlocking Stars, Reaching the Stars, la cual se comenzará a escribir al finalizar la novela antes mencionada.
Escribe en su blog Intertwined Stars (clic para visitarlo) desde que tenía 13 años y sueña con llegar a ser una gran escritora.



Y, ahora sí:

Interlocking Stars
Melissa Loria Rojas
¿¡Ya leíste mi primer libro*-*!?
 
En la historia de la ciencia, la alquimia es una antigua práctica protocientífica y una disciplina filosófica que…
Oh, perdona, ¿te sonó mucho a Wikipedia? Debe ser porque es de allí. Ahora, vamos con los hechos reales: Los alquimistas son lo mejor de lo mejor. Pero tú no quieres una aburrida y larga definición. Para eso está este libro: no encontrarás nada que sea tan interesante y divertido, como lo que puedes encontrar aquí.

Aprilynne es una chica medianamente normal si le descontamos que tiene poderes, que se acaba de mudar a Seattle, con su mejor amiga a una llamada de distancia y que ingresa a una Academia llena de chicas principiantes con hormonas alborotadas. Con un pequeño giro en los acontecimientos, April se verá involucrada en una misión con 1 chico de ojos chocolate, 1 gay, 2 gemelos…y 1 sexy chico bastante arrogante especial, que a lo mejor la conquiste enamore un poco ¿o demasiado?. Juntos, tendrán que buscar lo que todo alquimista desea: la piedra filosofal. Sin embargo…

 
¿Qué hace diferente a este grupo de alquimistas de todos los otros que han ido en busca con el mismo propósito? ¿Qué los hará encontrarla o pensar que pueden?
¿Qué los hace tan especiales?


Editorial: Ediciones Frutilla
Autora: Melissa Loria Rojas
¿Dónde conseguirlo?: CLIC AQUÍ

Opinión personal:
¿Estás listo para sumergirte en una historia de amor profundo, que atraviesa vidas? Aprilynne, una chica graciosa y tierna a veces comienza su primer año en la Academia de alquimistas (ya la palabra lo hace interesante, ¿eh?), donde, acompañada por un grupo totalmente compuesto por chicos, deberá enfrentarse a una lucha por la preciada piedra filosofal.
Antes de que leas este libro, voy a advertirte algo: no confíes en nada de lo que digan los personajes. Varios son tramposos y traicioneros, pero tan adorables que te será imposible odiarlos. Comencemos por el protagonista masculino, Caleb, el chico perfecto. Será el favorito de muchas: nunca se rinde para hacer feliz a su novia y es fastidiado constantemente por un Gabe, quien asegura estar fascinado con él, pero esconde una historia detrás de todo esa atracción.
Jeremy y Joseph, los dos gemelos más guapos y molestos a la vez, te harán reír a más no poder (bah, ¿para que mentir? ¡Te reirás en todas las páginas!). Y, hablando de risas, no olvidemos mencionar a la mejor amiga de April, Scarlet, la chica más rara del mundo.
Hay algo que no dejaré de destacar: a medida que avanzas y lees más y más, notarás como la autora logra escribir cada vez mejor y engancharte cada vez más.
Lo único: me pareció que todo iba demasiado rápido, ¡no te pierdas ningún detalle!
¿Romance? ¿Aventura, drama? ¿Abuelas locas y chicos que te harán babear? ¿Alquimistas? No te pierdas esta genial novela de Melissa Loria Rojas.

Puntuación: ¡Muy bueno! Recomendadísimo ♥ ♥ ♥ ♥










 

14 de agosto de 2013

Capítulo 3

Hola gente de por ahíííííí. Hoy estoy muuuuuy triste (se murió uno de mis gatos :( ), pero, como prometí, aquí está el capítulo 3 de Abnegados.

Capítulo 3.

La llegada a la estación fue estrepitosa. Estaba llena de gente, en su mayoría jóvenes abnegados como nosotros, pero también había varios trabajadores que se dirigían al centro de Hillary. La Estación Oeste de Hillary era un gigantesco edificio de ladrillos rojos, con un destartalado cartel de luces que indicaba la partida y llegada de los trenes. Había unos pocos árboles sin hojas a ambos lados de la puerta principal, la cual no dejaba de abrirse y cerrarse.
El tren partía dentro de unos veinte minutos, así que teníamos tiempo de sobra para hacer todo el papeleo y llevar los bolsos al vagón de equipaje. André aparcó en el estacionamiento y comenzó a sacar todo del coche.

-Ian, ayuda a tu prima con el baúl. Yo llevo tus bolsos.
¡Lo que costó sacar ese enorme baúl del coche! Jadeando, logré que aterrizara en brazos de Ian, quien se inclinó un poco bajo su peso. Fuimos cargándolo, cada uno tomándolo de una manija, hasta la puerta principal. André nos seguía pisándonos los talones; no se separó de nosotros en ningún momento.

Dentro, era todo un enorme bullicio de gente.  Había tanto ruido que era imposible hablar con alguien que tenías al lado, y hacía tanto calor que pronto ambos nos quitamos nuestros abrigos. Ian llevaba una camiseta ajustada al cuerpo de color azul y pantalones negros. Era un chico atractivo para mí, al estilo clásico. Era bastante flacucho y alto, de cabello castaño perfectamente peinado y ojos color azul. Casi siempre iba con el ceño fruncido, no de muy buen humor, y pateando cosas mientras caminaba. Lo único que lograba apaciguarlo era la pintura, básicamente vivía de ello.

Apenas dimos unos pasos dentro del enorme edificio, una joven rubia de enormes ojos celestes, se nos acercó. En su blusa blanca llevaba una plaquita donde decía Sofía. Ian le lanzó una miraba de aprobación antes de que esta comenzara a hablar.

-Buenos días, bienvenidos a la Estación Oeste de Hillary. ¿Les molestaría decirme que tren tomarán? Ya mismo recogeremos sus datos.

-Nuestro tren es el de las cinco de la tarde, con destino al Instituto de Preparación.-dijo Ian con una sonrisa provocadora.

 Lo fulminé con la mirada. ¡La acababa de conocer!

-¿Dónde dice que podemos completar los papeles?-dije en tono cortante y con una sonrisa fingida.

Sofía nos regaló una enorme sonrisa y comenzó a abrirse paso entre la gente, indicándonos que la siguiéramos. Ian no ayudó a cargar mi baúl, se dedicó a observar el trasero de Sofía, con una gran sonrisa de satisfacción en la cara. Su padre no parecía darse cuenta de nada, o simplemente lo dejaba pasar.

Lo golpeé con el hombro al pasar, pero siguió con su cara de embobado.

La rubia nos condujo al vagón de equipaje, donde tomaron nuestros datos con rapidez y pegaron varias etiquetas en nuestros bolsos. Sofía nos volvió a llevar a corridas hacia una pequeña oficinita, lugar donde nos pidieron nuestras huellas digitales y nos sacaron una fotografía a cada uno –la mía tan asquerosa como puedas imaginarte –y armaron en tan solo unos minutos nuestras tarjetas de identificación.

Mi tío no dejó de seguirnos ni por un segundo, mirando nerviosamente a su alrededor. Había demasiada gente, gente que empujaba, gritaba y corría de un lado para el otro. Familias despidiéndose, algunas entre lágrimas de orgullo, otras nerviosas. La tensión ansiosa que recorría la estación me contagió, por lo que no dejé de apretarme las manos, apretar las de Ian, y ponerme de puntillas para ver cuando partía el viejo tren.

Para que mentir: estaba nerviosa, asustada y entusiasmada. Quería que todo ocurriera ya mismo, que terminara el año y que pudiese volver a mi hogar. ¿O acaso quería llegar al Instituto y aprender a utilizar mi alma de abnegada?

Uf. Sí, era esa expresión la indicada: uf, uf, uf.

-Por dios, Megs, quédate quieta.-masculló Ian.

-No.

Giró la cabeza de golpe y se encontró  conmigo de brazos cruzados. Alcé las cejas.

-Necesito descargarme. Si no voy a explotar.

-¿Qué es lo que te pone tan nerviosa? No nos van a cortar la cabeza ni nada…

Abrí los ojos con espanto e Ian se encogió de hombros. André me rodeó con un brazo y miró a Ian con severidad.

-Ian, por favor. Intenta no alterarla más de lo que ya está, ¿quieres?

Suspiré e intenté relajarme. Esto se me estaba yendo de las manos. No nos iban a cortar la cabeza ni nada, intenté convencerme. Respiré profundamente, aflojando mis manos tensas.

 Se escuchó el silbato del tren, teníamos que subirnos ya mismo. Lancé un gemido apenas audible.

El ruido y las corridas se multiplicaron por mil. André nos condujo –a mí, mejor dicho me arrastró –hacia nuestros vagones. Ian me miró con el ceño fruncido, parecía estar pensando que de verdad yo había perdido los únicos tornillos que me quedaban y que apenas tuviese la oportunidad, iba a escapar.

La despedida fue tan breve que necesité recibir varios empujones de parte de Ian para reaccionar y despegarme del suelo. Me sentía como una niña en su primerísimo día de clases, una cobarde que no quiere dejar a su mamá. No se atreve a ver lo nuevo ni experimentar lo difícil. Algo la aferra a su hogar, su tierra de recuerdos; algo tira de ella hacia lo desconocido. ¿Era yo esa niña, o en realidad podía llegar a ser igual de valiente que mamá? Ella, que lo había dejado todo para cumplir con su papel de abnegada a la perfección. Había dejado que acabasen con ella sin miedo a saber que habría después. ¿Y yo ni siquiera podía subirme a un estúpido tren?

Suspiré y moví las piernas hacia adelante. Unos hombres me ayudaron a superar la enorme distancia entre el vagón y el suelo. Ya no había vuelta atrás.

Dentro, todo era una enorme estufa. Se escuchaban risas y grititos de entusiasmo; claro, ¿cómo no? Era un tren lleno de adolescentes con las hormonas a tope. Adolescentes que pronto comenzamos a sudar como locos y a abrir las ventanas en un ataque de desesperación.

Las paredes de los vagones eran de un verde oscuro, sucias y descuidadas, y ninguna de ellas estaba vacía. Ya fueran fotografías viejísimas o luces –algunas funcionando, otras titilando –, las paredes que nos rodeaban parecían de otra época. Era un tren precioso. Aunque podría tener un mejor aroma…

Los pasillos angostos eran intransitables, recibí montones de empujones hasta poder llegar a un par de asientos libres. Ian se me perdió en el camino, así que tuve que sumergirme en ese océano de gente hasta encontrarlo y arrástralo a los asientos. Estos eran de cuero marrón, totalmente desgastado y con algunos garabatos.

Acabamos sentados, totalmente exhaustos.

-¡Esto es el infierno!-me quejé, apartándome el cabello de la cara.- Podrían limpiar un poco este lugar.

-Deja de quejarte ya, Megs. ¿Es que no has visto ya la cantidad de chicas guapas que hay ahora mismo en este tren? ¡Es fantástico!

Guau. Ese era mi primo.

-¿Piensas esperar a pisar el Instituto para comenzar a besarte con todas las chicas?-le sonreí. Ian necesitaba a una mujer para vivir, como si del agua se tratase.

-De hecho…

Agachó la mirada, sin dejar de sonreír.

-¡Ian!-mascullé. Abrí los ojos y alcé las cejas con horror.- Dime que no es cierto, porque si no…

-¿Qué crees, primita? No, todavía no he capturado ninguna presa, quédate tranquila.

Rió con fuerza. Era increíble.

-No sé si tu hermana ya te lo ha dicho, pero las reglas en el Instituto son severas y no cumplirlas te dejará mal parado. Si no me equivoco, andar besándose por los pasillos no es algo muy recomendable, en especial con la directora paseando por ahí.-aseguré. Y no mentía. Luego me acerqué a él, poniendo mi mejor cara dramática.-Por favor, Ian, no dejes que te echen el primer día. Piensa en tu adorable prima. ¿De verdad me dejarás sola?

Me siguió el juego al instante y su expresión se transformó completamente. Intenté no reírme, aunque fue en vano.

-¡No lo haré, Megary! ¡Prometo no abandonarte nunca!-gritó con voz grave y graciosa. Unas chicas que pasaban por al lado nuestro nos miraron con cara extraña. Ian se acomodó con rapidez.- Hola, chicas. ¿Disfrutando del viaje?-dijo utilizando su tono seductor.

Reí a más no poder al ver como las chicas salían ahuyentadas.

Cuando conseguimos calmarnos del ataque de risa, conseguí acomodarme con mis piernas sobre las suyas. Él ni se inmutó, aunque eso no era de esperar. Esa posición solía acompañarnos la mayoría de las tardes que compartíamos; ya era una vieja costumbre.

 Ian abrió la boca para decir algo, pero un pitido que sonó a lo largo de todo el tren y que nos dejó una mueca en la cara a todos lo interrumpió. Varios sacaron los brazos por las ventanillas para saludar a sus familias por última vez mientras el tren partía. Un escalofrío me recorrió el cuerpo entero, pero esta vez era de emoción.

Era el comienzo de lo que sería un largo año.


¡Espero que te haya gustado, personitaqueestáleyendoesto!

13 de agosto de 2013

Reseña de "Hush, hush", Becca Fitzpatrick

Hush, hush
Becca Fitzpatrick
 
Nora Grey, una alumna aplicada en busca de una beca para la universidad, vive con su madre viuda en una granja a las afueras de Portland, Maine. Cuando Patch se convierte en su nuevo compañero de instituto, Nora siente a la vez atracción y repulsión hacia este extraño personaje que parece tener acceso a sus pensamientos. Luego se entera de que Patch es un ángel caído que quiere convertirse en humano. Nora está bajo su control, pero hay también otras fuerzas en juego y de repente se encuentra viviendo hechos inexplicables y en medio de una situación muy peligrosa.
 
Editorial: Ediciones b
Autora: Becca Fitzpatrick
I.S.B.N: 9788466644174
 
Opinión personal
Este libro me encantó y nunca deja de aburrirme a pesar de que lo leo una y otra vez. ¿Por su forma sencilla de narrar? ¿O por sus personajes misteriosos y cautivantes? Hush, hush te dejará con ganas de más y no tardarás más de unas pocas horas en terminarlo.
Este fue el primer libro de ángeles que leí, así que me pareció de lo más original, en especial ya que me estaba hartando un poco de la temática de vampiros-licántropos.
Voy a admitirlo: a diferencia de mucha gente -por lo que he leído-, Nora Grey, la narradora, no me pareció en absoluto molesta o aburrida. Sí, puede ser que de vez en cuando se fuera de tema, pero me gustó bastante como personaje.
Patch Cipriano. En definitiva es mi personaje masculino favorito. Chico malo+seducción oscura= Patch. Por otro lado, Vee Sky, mejor amiga de Nora, no me gustó para nada. Me hubiese gustado que a  Marcie Millar, la chica mala de la historia, la autora le diera un poco más de protagonismo en el primer libro, y tal vez me esperaba un poco más de... esencia de chica mala...
Misterio, romance y puros nervios hasta llegar a la última página van a acompañarte a lo largo de esta novela.

Puntuación: ¡Fantástico! Léelo ya mismo ♥ ♥ ♥ ♥ ♥ (sí, ya se que faltaron algunas cosas, pero no vas a arrepentirte de leerlo).



Y... traigo una reseña super especial para dentro de poco (me faltan unos cuantos capítulos para terminar), que es nada más y nada menos de Interlocking Stars, de Melissa Loria Rojas (puedes acceder a su blog haciendo clic AQUÍ, y leer su novela haciendo clic AQUÍ)

El capítulo 3 de Abnegados prometo tenerlo publicado para esta semana (ando con millones de exámenes D:)
 

8 de agosto de 2013

Esa de ahí

La chica que va con la cabeza baja en los pasillos, mirándose los pies, siendo empujada por todos lo demás. A la que la falda del uniforme le llega hasta las rodillas, esa chica que tiene granitos y pelo asqueroso.
Algunos nunca la ven, a pesar de cruzarse con ella todos los días. Los demás e piden siempre la tarea. Otros la utilizan como el centro de las bromas, tal vez solo porque les parece divertido ver como se pone colorada. Pero, dentro, ella está sufriendo más que nadie en el mundo.
Ella, que tiene buenas notas, y por eso es considerada una "cerebrito". Ella, que hubo veces que se le ocurrió no estudiar para desaprobar y "ser parte del grupo". Solo quiere que la incluyan.
La única que no le gusta salir a bailar, pero en su habitación crea los mejores conciertos solistas. La que lee en vez de ver los programas materialistas. La que escribe y dibuja, pero nunca le ha mostrado nada a nadie.
No tiene amigos; nunca los tuvo. Y eso hace que se encoja por dentro cada vez más.
Antes de dejarla de lado por ser diferente, piensa que dentro de ella hay algo retorciéndose, solamente porque tú no la quieres.

2 de agosto de 2013

¡Cambio!

Tuve una idea super rara y no tengo ni idea, pero he vuelto a escribir los primeros capítulos de Abnegados (sigue con la misma trama e historia). Lo único que cambia es el narrador, que pasa a protagonista (o sea, primera persona). También le agregue algunas cosillas, peor nada importante ;)

El Cap.1 reescrito y actualizado puedes encontrarlo haciendo clic AQUÍ, en su post original :D
El Cap. 2 actualizado, léelo AQUÍ :)